Manifiesto – Por la publicación del listado completo y la nulidad de las inmatriculaciones

Desde 1946, la normativa hipotecaria franquista equiparaba a la jerarquía de l iglesia católica con el Estado y habilitaba a sus obispos como notarios. Esta normativa, pese a su inconstitucionalidad manifiesta, ha sido conservada por todos los gobiernos de la democracia hasta la actualidad. Peor aún, en 1998 el gobierno del PP la modificó permitiéndole, además, poner a su nombre los bienes de interés cultural destinados al culto que, hasta ese momento, formaban parte del dominio público.

Recientemente, en respuesta a múltiples demandas ciudadanas, el Gobierno ha conseguido elaborar un primer listado (incompleto) de inmatriculaciones del que ha hecho entrega al Congreso. En ese listado hemos podido comprobar que las administraciones eclesiásticas se han apropiado de todo tipo de bienes, no sólo lugares de culto, sino también inmuebles, plazas, zonas verdes, cementerios, tierras comunales…que, por el momento y sin una acción legislativa global que declare nulas estas inmatriculaciones y regule los bienes de dominio público, nos aboca a una infinidad de litigios inabarcables.

En nuestra ciudad, entre algunas docenas de bienes inmatriculados aparecen unas “dependencias anexas” de la Catedral que, suponemos, se refieren al Patio de los Naranjos y a la Giralda. La Giralda y el Patio de Los Naranjos, lugar de encuentro y disfrute de la ciudadanía sevillana durante 800 años, han sido los símbolos señeros de la ciudad y, en virtud del afán acaparador de un prelado, han terminado convertidos en simples “anexos”.

El patrimonio histórico de raíz religiosa, con independencia del uso litúrgico que pueda tener en la actualidad, forma parte de la riqueza cultural heredada por todo el pueblo. Iglesias, mezquitas o sinagogas han sido tradicionalmente lugares abiertos, de uso público, de acogida, de respeto y de paz. Nuestros antepasados las construyeron con sus recursos, su esfuerzo y su trabajo y nosotros las mantenemos y conservamos con nuestros impuestos. Forman parte de nuestra identidad. Nos pertenecen y no debemos permitir que nadie se las apropie y que, por nuestra inacción, se pierdan para las futuras generaciones….Y que nadie se equivoque: no pretendemos impedir ni obstaculizar los cultos religiosos que la ciudadanía decida practicar, pero nunca la mezquita ha pertenecido al imán, ni la sinagoga al rabino, ni la iglesia al cura, siempre han sido de la comunidad y a ella deben revertir.

Por eso estamos aquí, para recordarle al Gobierno y a los grupos parlamentarios que lo apoyaron, que nos han prometido la articulación de una fórmula legal que permita declarar la nulidad de todas las inmatriculaciones realizadas por la jerarquía católica sin título suficiente y se devuelva al uso público lo que es de dominio público.

Igualmente, queremos recordarle a nuestro Ayuntamiento y a nuestro Gobierno autonómico que ellos también tienen responsabilidades que cumplir. Uno, en la correcta definición de este espacio en su PGOU, el otro, en elaborar un Plan Director de Uso y Gestión que garantice la conservación, el mantenimiento y la recuperación de este bien protegido por su declaración de Patrimonio de la Humanidad, así como la vigilancia para que dicho Plan se cumpla.

Finalmente hacemos un llamamiento a nuestros conciudadanos. De nuestro compromiso y de nuestra acción dependerá que podamos volver a encontrarnos con nuestros vecinos en nuestro Patio de los Naranjos y que nuestros niños jueguen en él como hemos jugado nosotros en nuestra infancia.

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